El turismo se ha convertido en una actividad prácticamente estructural para el mundo rural, tanto en el norte como en el sur global. No hay entorno rural en el que el turismo no haya penetrado en mayor o menor medida, convirtiéndose en uno de los elementos estratégicos para entender la dinámica de estos contextos.
Coordinación: Pitu Espeso, Esteban Ruíz Ballesteros
El turismo se ha convertido en una actividad prácticamente estructural para el mundo rural, tanto en el norte como en el sur global. No hay entorno rural en el que el turismo no haya penetrado en mayor o menor medida, convirtiéndose en uno de los elementos estratégicos para entender la dinámica de estos contextos.
Por un lado, el turismo se presenta como una de las actividades complementarias (incluso podríamos decir constitutivas) del ámbito rural, de manera que es difícil entender su funcionamiento socio-económico sin una comprensión adecuada de su dimensión turística. Por otro, la situación de crisis del mundo rural caracterizada por la alteración demográfica (de las migraciones selectivas a la despoblación), la pérdida de soberanía alimentaria, la erosión de las relaciones comunitarias, el aumento de la vulnerabilidad (género, edad, recursos), el extractivismo y el deterioro biofísico o el déficit en comunicaciones, servicios y movilidad, han otorgado cada vez más protagonismo a la actividad turística. Allá donde se evidencia esta múltiple y convergente crisis rural, el turismo se erige como una de las estrategias habituales para, al menos, mitigar sus efectos. Por eso resulta oportuno y necesario estudiar de manera específica en qué sentido y con qué profundidad el turismo contribuye a la producción y reproducción del mundo rural en crisis.
Asimismo, el desarrollo turístico tiene también una dimensión capital en la construcción discursiva y práxica de la ruralidad. Más allá de las propias actividades, rasgos sociales y pautas culturales que podrían definir lo rural, la praxis turística crea lo rural como objeto y producto susceptible de explotación turística.
Todas estas dimensiones que aquí solo se esbozan, y muchas otras que podrían ser apuntadas (gobernanza, carácter local de las iniciativas turísticas rurales…), recomiendan una reflexión focalizada en el turismo en contextos rurales, que nos permita apreciar lo que de común y de diverso pueda tener este fenómeno a pesar de sus heterogeneidades geográficas, sociales, económicas y políticas.
Enviar propuestas de comunicación a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.